Problemas dentales en mascotas: Diagnóstico y tratamiento

Los problemas dentales son comunes en mascotas, pero pueden prevenirse y tratarse con atención adecuada. A continuación, detallamos las patologías más frecuentes.

Enfermedad Periodontal

Su nombre hace referencia al deterioro progresivo de los tejidos que rodean a los dientes, que son la encía, el ligamento periodontal y el hueso alveolar. Se produce esta enfermedad por la acumulación de placa bacteriana en el surco gingival, que es la zona de unión de la encía con el diente, y la respuesta inmunitaria ante ella, que puede ser ineficiente.

La placa bacteriana es una sustancia que se adhiere a los dientes, mezcla de saliva, sustancias orgánicas y bacterias que se hallan de forma natural en la boca. Al acumularse en el surco gingival, producen una respuesta del sistema inmune de manera local. Si no se elimina esta acumulación, se va produciendo una inflamación progresiva de la encía, o gingivitis, que se manifiesta con un enrojecimiento visible, dolor y halitosis.

Además, la placa bacteriana con el tiempo se va endureciendo y calcificando, formándose una sustancia amarillenta, el sarro o cálculo.

Si la gingivitis va progresando, se acumula cada vez más placa bacteriana, cálculo, e incluso material purulento. Se produce una destrucción de la encía, junto con el hueso y el ligamento periodontal, que son el soporte del diente.

Esta pérdida de los tejidos periodontales es irreversible, pudiendo producirse además movilidad de los dientes, e incluso su pérdida. También pueden desarrollarse abscesos, comunicaciones oronasales, osteomielitis y fracturas mandibulares por la gran pérdida de hueso.

El problema no se limita a la boca. Además de mal aliento, dolor al masticar, etc, las bacterias que proliferan llegan a pasar al torrente sanguíneo, pudiendo llegar a órganos vitales, como el corazón, riñones, articulaciones o el hígado.

Todo este proceso no ocurre igual en todos los animales, e incluso dentro de la misma boca, existen dientes más afectados que otros. Algunos factores que predisponen a padecer la enfermedad periodontal son los siguientes:

  • Raza: afecta en mayor porcentaje a razas pequeñas (caniche, yorkshire, etc.).
  • Edad: al ser una enfermedad progresiva, va aumentando con los años.
  • Oclusión dental: una posición incorrecta de los dientes puede favorecer la acumulación de la placa bacteriana. La conformación de la boca en algunos perros como en las razas braquicéfalas puede también contribuir a ese aumento.
  • Enfermedades sistémicas: la diabetes, enfermedad renal, pénfigo vulgar, lupus eritematoso.

Alimentación: las dietas blandas favorecen la enfermedad.

Prevención y tratamiento

No se puede curar definitivamente la enfermedad periodontal, ya que en la boca siempre hay bacterias. Pero sí se puede prevenir y tratar.

El control de la placa bacteriana se debe realizar desde cachorros, mediante cepillado diario con pasta dentífrica, uso de golosinas masticables, dieta seca, etc.

El tratamiento que realizaremos si ya existe algún grado de enfermedad periodontal dependerá del estado en el que esté la boca. Tras un examen del paciente, se evaluará que tratamiento necesitará, el cual debe ser efectuado siempre bajo anestesia general inhalatoria.

Un estudio radiográfico intraoral completo es imprescindible para completar el diagnóstico.

  • Uso de ultrasonidos para retirada del cálculo.
  • Curetaje subgingival.
  • Pulido dental.
  • Extracción de las piezas dentales con avanzada pérdida de tejidos de soporte.
  • Cirugía gingival, regeneración tisular, etc, para reponer tejidos de soporte.
  • Ferulización de dientes con movilidad.

Fracturas dentales

Las fracturas dentales pueden suceder debido a traumatismos por caídas, atropellos, peleas o por morder huesos, piedras, o incluso productos para mascotas nada recomendables, como las astas de ciervo.

Si tras una fractura dental queda expuesta al exterior la pulpa dental (tejido vasculo-nervioso alojado dentro del canal radicular), ésta se denomina “fractura complicada”. Si es reciente, se puede apreciar un punto rosado o sangrante en el centro de la fractura. Esto provoca dolor al paciente, debido a que es un tejido que contiene muchas terminaciones nerviosas.

Progresivamente, las bacterias y el contacto con el exterior provocarán una inflamación y necrosis la pulpa, volviéndose negruzca. Posteriormente se produce una infección de los tejidos alrededor del ápice de la raíz que provoca dolor e inflamación, aunque en muchas ocasiones no da una sintomatología evidente.

Se puede detectar radiográficamente como un área radiolúcida alrededor del ápice de la raíz dental.

En ocasiones se desarrollan abscesos y fístulas que sí son evidentes y más dolorosos. Un ejemplo muy frecuente es el absceso y/o fístula infraorbitaria debido a fractura dental en el diente cuarto premolar superior.

Un tratamiento definitivo es la exodoncia completa del diente, produciéndose la curación al eliminar la fuente de infección. Sin embargo, existen desventajas, y es que se pierde la función que aportaba el diente a la prehensión y masticación, además que en ocasiones la extracción quirúrgica puede ser complicada y.

Como alternativa, en muchas ocasiones es posible realizar un tratamiento que evite la infección y a la vez conserve el diente y su función. Mediante diversas técnicas endodónticas podemos actuar tratando y aislando la pulpa en casos muy recientes o, en casos más avanzados, eliminando el tejido necrótico y realizando la obturación del canal radicular.

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Resorción dental

Se trata de un proceso de pérdida de pérdida de los tejidos duros de los dientes, muy común en los gatos, aunque no exclusivo de ellos, presentándose con frecuencia en perros. La etiología aún no está bien determinada, y podrían existir factores como agentes inflamatorios, nutricionales (exceso de vitamina D, alergias alimentarias), víricos, mecánicos y bioquímicos, y que en todos los casos podrían favorecer una activación de los odontoclastos, células responsables de la resorción dental.

Existen, a grandes rasgos, dos tipos de resorción: idiopática (o de reemplazo) e inflamatoria.

La resorción idiopática, o de reemplazo, inicia habitualmente en la superficie de la raíz, fusionándose con el hueso alveolar que lo rodea, y progresivamente se produce una sustitución por hueso que se extiende por la raíz y la corona.

La resorción de tipo inflamatoria se caracteriza por estar asociada a procesos como la gingivivoestomatitis, enfermedad periodontal o abscesos periapicales, por ejemplo, y en ella se produce pérdida de tejido dental sin reemplazo por tejido óseo.

Visualmente puede aparentar no haber ningún problema en el diente. Cuando las lesiones se exteriorizan, se pueden apreciar irregularidades en la superficie del esmalte. La encía puede estar sobrecrecida e inflamada, en un intento de proteger las lesiones más cercanas al cuello del diente. En muchas ocasiones se puede apreciar la falta de parte de la corona, que puede llegar a ser total e incluso recubrir la encía los restos de raíz.

El diagnóstico por radiografía intraoral es imprescindible, tanto para detectar las lesiones como para poder clasificarlas y estadiarlas. La AVDC ha realizado una clasificación de las resorciones en base a su aspecto radiográfico, distinguiendo por tipo y estadio.

Tipos

Tipo 1:

Hay radiolucencias focales y en el resto del diente una radiopacidad normal, así como un espacio del ligamento periodontal y canales pulpares normales. Puede haber una pérdida de volumen de tejido importante. Se correspondería con la resorción de tipo inflamatorio.

Tipo 2:

Se produce una pérdida del espacio del ligamento periodontal, que puede ser en todo o en solo una parte del diente, y hay sustitución de áreas de tejido dental por hueso. Se correspondería con la resorción de tipo idiopática o de reemplazo

Tipo 3:

Existe en el mismo diente áreas con resorción tipo I y II.

Estadios

Estadio 1 (TR 1):

Pérdida leve del tejido duro dental (cemento o cemento y esmalte).

Estadio 2 (TR 2):

Pérdida moderada de tejido duro dental (cemento o cemento y esmalte con pérdida de dentina que no se extiende a la cavidad de la pulpa).

Estadio 3 (TR 3):

Pérdida profunda de tejido duro dental (cemento o cemento y esmalte con pérdida de dentina) que se extiende hasta la cavidad de la pulpa. La mayor parte del diente conserva su integridad.

Estadio 4 (TR 4):

Pérdida extensa de tejido duro dental (cemento o cemento y esmalte con pérdida de dentina que se extiende hasta la cavidad de la pulpa. La mayor parte del diente ha perdido su integridad. Se distinguen a su vez en

  • TR4a: la corona y la raíz están igualmente afectadas.
  • TR4b: La corona se ve más afectada que la raíz.
  • TR4c: la raíz se ve más afectada que la corona.
Estadio 5 (TR 5):

Los restos de tejido dental duro son visibles solo como radiopacidades irregulares, y la cobertura gingival está completa.

Los gatos que tienen dientes con resorción dental pueden ser asintomáticos, siempre y cuando las lesiones sean subgingivales y no haya afectación de la pulpa ni inflamación. Sin embargo, el resto de lesiones serán dolorosas, y pueden producir inflamación e infección local.

El único tratamiento disponible en la actualidad es la exodoncia de los dientes afectados. En estadios incipientes, con lesiones resortivas tipo II que no afectan a la parte exterior, es posible conservarlos y monitorizarlos en un futuro, teniendo en cuenta que la evolución puede hacer que en meses se haya exteriorizado y empiece a provocar dolor. En el resto de casos habrá que extraer el diente lo antes posible.

Ante la presencia de dientes con resorción tipo II y III, puede ser técnicamente imposible extraerlos completamente, ya que si la lesión está avanzada no existe tejido dental delimitado como tal. En esos casos se realiza se debe extraer todo el tejido dental “reconocible”, sobre todo la corona y las partes de raíz que conservan el ligamento periodontal alrededor, quedando el resto bajo la encía (la cual debe ser suturada quirúrgicamente) y que continuará el proceso de resorción sin provocar dolor al paciente.

Maloclusiones

Son alteraciones de la oclusión, debido una posición incorrecta de los dientes (maloclusión dental), o bien por malformaciones o desviaciones maxilares o mandibulares (maloclusión esquelética).

Las maloclusiones se clasifican en:

Clase 1

En la que hay una relación normal general entre las arcadas superior e inferior, pero uno o más dientes están mal posicionados.

Clase 2

Maloclusión esquelética en la que la arcada superior está adelantada respecto a la inferior.

Clase 3

La arcada inferior está adelantada respecto a la superior. 

Clase 4

Alteraciones en las que existen asimetrías.

Las causas pueden ser congénitas, por alteraciones del desarrollo, por retraso en la exfoliación o persistencia de dientes deciduos, o bien por causas traumáticas.

Las consecuencias de las maloclusiones pueden ser simplemente cosméticas, y en ese caso no requerir tratamiento, o bien producir diferentes tipos de problemas:

  • Trauma por contacto de dientes en la mucosa oral.
  • Desgaste por atrición en dientes.
  • Desarrollo de enfermedad periodontal por apiñamiento entre dientes.

Los tratamientos en estos casos pueden ser:

  • Exodoncias selectivas.
  • Reducción de la corona de los dientes que produzcan impacto (requiere sellado dentinario o tratamiento endodóncico en función del nivel de reducción).
  • Corrección ortodóncica, mediante dispositivos ortodóncicos activos o pasivos.

Diagnóstico

Un diagnóstico visual, radiográfico y la realización de moldes de la dentadura, permite valorar el mejor tratamiento para estos casos. El uso de aparatos de ortodoncia puede ser muy útil en muchos de estos casos, algunos de los cuales son muy sencillos de aplicar. Otros tratamientos ortodóncicos son la exodoncia selectiva de piezas, tallados y los acortamientos dentales.

Persistencia de dientes de leche

Los perros y gatos, al igual que nosotros, tienen una dentición decídua y luego una permanente. Los dientes de leche comienzan a cambiarse por los definitivos a partir de los 4 meses de edad, aproximadamente.

En condiciones normales, el diente definitivo erupciona «empujando» al de leche y cuya raíz además sufre un proceso de resorción fisiológica. En algunos casos no hay una erupción correcta de la dentición definitiva, erupcionando sin que se caigan los de leche.

Es frecuente en perros de razas pequeñas, como los yorkshire, caniche, bichón maltés, etc. Es muy raro en perros grandes y en gatos.

Dentro de la dentición, es frecuente que ocurra sobre todo en los colmillos e incisivos.

El diagnóstico se realiza mediante exploración y realización de radiografías intraorales, para evaluar las raíces y su relación con los dientes definitivos.

El tratamiento debe ser la extracción de los dientes de leche lo más pronto posible. La razón fundamental es que estos dientes ocupan el lugar físico donde deben estar los dientes definitivos, y éstos erupcionaran desviados, lo que provoca problemas de maloclusión.

A veces los colmillos, por ejemplo, pueden desviarse de tal forma que traumatizan el paladar, labios, etc.  Por lo tanto, no es aconsejable esperar más tiempo para ver si se caen los dientes de leche en estos casos.

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